Un laberinto hacia el mar

Un laberinto hacia el mar Cuento matemático Alicia Yaiza Charles acababa de cumplir doce años. Vivía con su madre y su hermano menor en una encantadora aldea de casas blancas con tejados de paja, situada en el sur de Francia. Un lugar rodeado de vegetación, donde los habitantes cultivaban lo necesario e intercambiaban los excedentes, pues el dinero no existía. Todo parecía perfecto. Todo, excepto un pequeño detalle: era imposible salir de allí. La aldea estaba atrapada en el centro de un gigantesco laberinto formado por zarzas y espinos infranqueables. Se decía, se susurraba, que el laberinto crecía con el paso del tiempo, que sus ramificaciones se multiplicaban, que sus caminos se alargaban y estrechaban, haciendo cada vez más difícil escapar. Muchos habían muerto buscando una salida. Algunos habían sido atravesados por las espinas, otros asfixiados por las ramas que se cerraban a su paso, y muchos más perecieron de sed, perdidos en las sinuosas sendas. Charles acababa ...