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Mostrando las entradas etiquetadas como Cuento

Un laberinto hacia el mar

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Un laberinto hacia el mar Cuento matemático Alicia Yaiza Charles acababa de cumplir doce años. Vivía con su madre y su hermano menor en una encantadora aldea de casas blancas con tejados de paja, situada en el sur de Francia. Un lugar rodeado de vegetación, donde los habitantes cultivaban lo necesario e intercambiaban los excedentes, pues el dinero no existía. Todo parecía perfecto. Todo, excepto un pequeño detalle: era imposible salir de allí. La aldea estaba atrapada en el centro de un gigantesco laberinto formado por zarzas y espinos infranqueables. Se decía, se susurraba, que el laberinto crecía con el paso del tiempo, que sus ramificaciones se multiplicaban, que sus caminos se alargaban y estrechaban, haciendo cada vez más difícil escapar. Muchos habían muerto buscando una salida. Algunos habían sido atravesados por las espinas, otros asfixiados por las ramas que se cerraban a su paso, y muchos más perecieron de sed, perdidos en las sinuosas sendas. Charles acababa ...

Una extraña poción

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Una extraña poción Cuento matemático Alicia Yaiza Tardé veinte minutos en llegar al chamizo de la bruja, situado en la parte más alejada del bosque. La carrera me había dejado exhausto y el corazón me latía a toda velocidad. No podía ni hablar. Llamé a la puerta pero nadie salió. Sin embargo, se escuchaban ruidos, como de cacharros metálicos que caían al suelo. La vieja estaba dentro, seguro. Aporreé la puerta con un ímpetu tal que me sangraron los nudillos. No paré de hacerlo hasta que oí pasos: la anciana se estaba acercando a la entrada. Hubo un momento de quietud y por fin la portezuela se movió, abriéndose nada más que una pequeña rendija, espacio suficiente como para que la vieja pudiera asomar un ojo y ver quién estaba importunándole. A mí esa mujer me daba miedo. Miedo y repugnancia. Pero ahora no había tiempo para remilgos. Necesitaba de su sabiduría y experiencia. Se quedó mirando sin decir nada y yo aproveché ese silencio para comunicarle el motivo de mi ...

Misterio en el desván

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Misterio en el desván  Cuento matemático  Alicia Yaiza  El desván permanecía cerrado desde el año 1935. Nadie había pasado por esa puerta desde entonces pero yo estaba a punto de conseguirlo. Era un momento increíble. No había vuelta atrás y nada me haría retroceder. Abriría esa puerta como fuera. Las pinzas de podar servirían para forzar el candado. Y el candado cedió, aunque casi me corto un dedo. Empujé la puerta de madera, que chirrió como debe hacerlo toda puerta misteriosa, y avancé hacia el interior de la estancia, iluminada por la luz de la claraboya. Eran las seis de la tarde.

En barco a Nueva York

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En barco a Nueva York Cuento matemático Alicia Yaiza Estaban muy ilusionadas, por fin había llegado el día. Llevaban meses esperando con ansiedad este viaje. Su padre les había prometido ir a Nueva York en el transatlántico más lujoso. La idea era fantástica: cosas de papá, siempre con propuestas originales. Las gemelas llegaron al puerto de La Haya con su inseparable institutriz. Allí un montón de barcos de todos los tamaños esperaban su partida. Entre yates y buques de mercancías se encontraba el fabuloso transatlántico que las llevaría a Nueva York. Subieron al impresionante barco y se instalaron en su camarote. Compartirían camarote con la institutriz, otra de las brillantes ideas de papa. Así estarían vigiladas día y noche. Según les había dicho su padre, el trayecto duraría siete días y siete noches, exactamente. Había tiempo suficiente para recorrer el barco de arriba abajo. Siempre y cuando pudieran tener entretenida a la maestra, claro. Había...

Euler, el carrito de limpieza y la fórmula secreta

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E uler, el carrito de limpieza y la fórmula secreta  Cuento matemático Alicia Yaiza Toda la verdad sobre Euler y la Teoría de Grafos.  El problema de los Puentes de Konigsberg es conocido en el mundo entero. Pero la verdadera historia es esta: la Teoría de Grafos nació gracias a Úrsula, la señora de limpieza de la Academia de las Ciencias de San Petesburgo. Todo esto quedó olvidado durante muchos años, pero hoy se conoce toda la verdad. Leonhard Euler nació en Suiza en el año 1707. A los 20 años se fue a San Petesburgo para trabajar como profesor e investigador en la Academia de las Ciencias de Rusia. Leonhard pasaba mucho tiempo en la Academia. Le gustaba estar allí cuando todo el mundo ya se había ido. Se quedaba solo escribiendo interminables fórmulas de física o matemáticas en esas gigantescas pizarras de madera que suben y bajan.   A las seis de la tarde llegaba Úrsula, la persona encargada de la limpieza de la Academia. Úrsula tenía un carrit...

Las reales decisiones

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Dibujo de Tomilloteraputico Había una vez un rey que vivía con sus gemelos, una niña  y un niño, que estaban a punto de cumplir los 10 años. El rey tenía que tomar muchas decisiones importantes cada día, tenía que conseguir que la justicia y la paz imperasen en el reino, y eso suponía tener que estar estudiando y sopesando muchas opciones sobre los más diversos temas. Pero sus hijos no tenían que decidir sobre nada, simplemente vivían felices. Jugaban, a veces estudiaban y otras veces se peleaban. El rey pensó que había llegado el momento de que los príncipes comenzaran a tener responsabilidades. Así que los llamó a su lado y esto fue lo que les dijo: Queridos hijos, necesito vuestra ayuda. Tengo muchas cosas en las que pensar y a veces me falta tiempo para sopesar bien cada una de las opciones que se me presentan. Por eso quiero que me ayudéis. Tu, hija mía, debes encargarte del jardín. Como ves, las últimas heladas han acabado con toda la vegetación. Quiero que ...

El garabato de Euler

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El garabato de Euler Cuento matemático Alicia Yaiza Un garabato con mucha "característica" Leonardo era un niño inteligente y soñador. Le gustaban mucho las matemáticas,  el cine  y los inventos. Le encantaba su nombre, pues era también el nombre de Leonardo Da Vinci, Leonardo de Pisa y de Leonhard Euler, sabios entre sabios. Aunque algunas personas le decían, - "¡Ah, Leonardo, como Leonardo Di Caprio!". Leonardo a veces se aburría en clase, cuando el profesor hablaba y hablaba repitiendo cien veces lo mismo. En esas ocasiones su mente conectaba con otra dimensión, su mirada parecía traspasar los cristales de la ventana y la electricidad viajaba a velocidad supersónica por sus neuronas. Imaginaba trucos, inventos, películas y hasta conversaciones con los Leonardos. En una ocasión, mientras el profesor explicaba por enésima vez la fórmula para calcular el área del triángulo,  Leonardo, sin darse cuenta, comenzó a dibujar un garabato en un papel, ...